18 d’abril, 2016

Laurel Nakadate: La cápsula del tiempo

Cuando tenía dieciocho años, estudiaba fotografía documental en la escuela del Museo de Bellas Artes de Boston, con el gran fotógrafo Bill Burke. En el último día de clase, nos dijo que hiciéramos copias extra de nuestras fotografías, las pusiésemos en una caja y no las mirásemos durante veinte años. Es decir, nos dijo que hiciéramos una cápsula del tiempo. Cumplí treinta y ocho años hace unas semanas, por lo que era el momento de abrir la caja. Dentro de la caja Kodak había un conjunto de unas cien fotografías en color, de ocho por diez pulgadas, la mayoría con los bordes amarillentos, polvorientas e impresas por alguien más joven que yo que no tenía ni idea de cómo centrar la imagen en el papel. En su mayoría eran fotos de estudiantes jóvenes en colegios mayores privados para mujeres en Massachussetts. Estas niñas estaban medio vestidas con su ropa de los 90, labios rojos, pasando el tiempo en habitaciones y en coches, haciendo pis en los árboles cerca de Mount Holyoke, vomitando en las papeleras el alcohol obtenido ilegalmente […] Hay un dolor tan adolescente en estas fotos. Hay tanto tiempo perdido. Y hay tanto pensamiento fotográfico dentro de las fotos, siendo testigos de tanto pero mirando tan poco. […]

Por tanto, ¿qué es lo que enseña el encargo de Bill Burke? ¿Qué es lo que se puede extraer del encargo de la cápsula del tiempo? Quizás este encargo nos enseña que el tiempo lo cambia todo y por eso es importante tomar fotos, porque las fotografías, entre otras virtudes, son marcadores del tiempo. Quizás este encargo nos enseña a recordar nuestro yo más joven, y las cámaras réflex, el mundo analógico de 35 mm en el que esos jóvenes cuerpos y cerebros andaban a tientas, y la excitación y la inocencia de nuestra ingenua juventud. Quizás el encargo nos recuerda los coches con radios y sin climatización, y las sábanas de emergencia en los asientos traseros en los que dormíamos, por qué comenzamos al principio y por qué elegimos una cámara. Quizás el encargo nos enseña que nada permanece igual y que todo lo importante desaparecerá y que nadie de los que amamos está aquí para siempre. Quizás nos enseña que ningún edificio se conservará, ningún cuerpo humano dejará de comenzar a derrumbarse, ninguna familia viajará junta para siempre sin perder a alguien que una vez estuvo en el centro de la misma. […] Quizás el encargo nos recuerda que las fotografías son testigos, poco fiables pero guías leales […]

Las copias en la caja, cuando las miro, las siento como viejos amigos, perdidos en una fiesta durante veinte años, todavía en sus bikinis y botas de plataforma de los 90, como viejos amigos encontrados online por sorpresa después de un largo silencio y que preguntan cómo estoy, como si nada hubiera ocurrido entre entonces y ahora. Con sus caras inocentes, sus memorias limpias, su perdido romanticismo. En la caja, también hay la foto de un querido amigo que estuvo en la clase de Bill ese año y que fue mi compañero de habitación, y que fue conmigo una o dos veces a Wellesley. Hace pocos años ese amigo se suicidó, pero aquí está, en esta caja. Me gustaría despegarle del papel y traerle de nuevo. Y otra fotografía de una mujer, una profesora con la que estudié en aquel tiempo […] que era tan inteligente y cruda y generosa y abierta al mundo que saltó desde una gran altura y no sobrevivió. Esta caja, este encargo, no podría haber predicho cómo el tiempo lo definiría, pero lo que Bill sabía es que lo que tenemos ahora entre las manos no se parece a ninguna otra cosa que jamás tengamos, y las fotografías son siempre sobre cosas que ya han desaparecido. ¿Qué hacer con la caja ahora? La caja con fotos de amigos muertos y profesores, chicas que ahora son sólo siluetas de cuerpos, jóvenes que iban a cometer más errores y a ganar más premios, chicas que apenas sabían nada y se comportaban como si todo fuera posible. El tiempo cumplió su promesa de cambio. ¿Qué hacer ahora con la caja de fotografías que lo recuerda todo?

Laurel Nakadate: Time Capsule, en The Photographer’s Playbook (editado por Jason Fulford y Gregory Halpern, Aperture)

1 comentari:

Frederic ha dit...

Molt bona reflexió !!!